Argigram es un proyecto que indaga sobre las posibilidades de desarrollar un futuro en versión nacional, desarrollado en formato expositivo en el Museo de Arte Contemporáneo de Mar del Plata (MAR) entre los meses de Julio y Septiembre de 2019. La exposición, curada por Martin Huberman, se centró en la producción de nueve ciudades para el período 2050-2100 en las cuales diversos arquitectos y arquitectas provenientes de la Argentina tuvieron la posibilidad de estudiar y ensayar relaciones territoriales, tensiones estéticas y desarrollos culturales para reclamar la soberanía creativa y cultural del futuro argentino. La muestra encuentra su relación lingüística y sus antecedentes en el ímpetu de Achigram, un colectivo estudiantil inglés de los sesenta que supo construir su notoriedad militando el futuro. De esta manera, la exposición se manifiesta como un esfuerzo por reclamar la soberanía creativa y cultural del futuro argentino.
En esta caso nuestra propuesta, presentada con sustantivo colectivo se llamó Camalotopía
Camalotopia
La casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo.
J.L.Borges (La Casa de Asterión)
Mientras nosotros, que éramos formados, que nos creímos capaces, que ostentábamos alguna parte del poder, buscábamos en cada oportunidad la posibilidad de cambiar, de ordenar, de conducir a lo mejor de nuestro entendimiento la ciudad y sus habitantes, más allá de nuestro alcance la propia ciudad se multiplicaba, pujante, como una máquina masiva y redundante, consumiéndose y derramándose una y otra y otra vez sobre sí misma.
Nos eludió la comprensión de las fuerzas que gobernaban nuestro hábitat -tan inmersos estábamos en ellas-; la inefable proliferación de relaciones anónimas, las fricciones, la suma desinteligente de individualismos, la pugna obstinada por prosperar -que es dominar- en un sistema contrahecho, el modo del hombre de poner al hombre como eje y medida de todas las cosas; y artificio sobre artificio sobre artificio la ciudad fabricó una realidad incompleta, cada iteración más ajena al orden natural de su paisaje: Las crecidas, la erosión costera, las lluvias, los vientos y las temperaturas extremas se volvieron problemáticas porque la naturaleza fue insistentemente desplazada del sistema urbano, agraviado cada vez por sus manifestaciones más indómitas.
Acaso por su virtud de simple ser, su existencia acallada y primitiva, el isleño supo guardar, en cambio, la certeza que nosotros olvidamos: En el paisaje nada está librado al azar. Existe un tiempo hondo y transversal que sostiene todas las cosas, y en la danza de fuerzas múltiples y dispersas hay una ley de armonía que no admite rupturas. La naturaleza habla en su lenguaje antiguo y absoluto; las lluvias, las heladas, las crecientes se anuncian, como momentos de una sinfonía, en las aves, los árboles, el río.
La ciudad explotadora que hemos llamado nuestra casa redunda en corredores y encrucijadas. Sus aristas aprisionan la mirada y entorpecen la consciencia del paisaje trascendente. De vez en cuando, un atisbo de horizonte y de cielo, profundo e íntimo a la vez, delata la ilusión de la individualidad: en el concierto inagotable de la naturaleza, el yo es sólo una idea, porque estar en el paisaje es ser el paisaje y mirar el paisaje es mirarse definitivamente a uno mismo.
sustantivo colectivo
pablo anzilutti, javier mendiondo, francisco garrido, federico cairoli
colaboradores: rodrigo bordiga, nicolás fernández, felicita cersofio, emiliano rico, mauricio costa, alejandro giovannini, juan juarez, alejandro trucco, federico viudez, pino sollazzo
Fotografías: Federico Cairoli
Ph. Federico Cairoli
Ph. Federico Cairoli
Ph. Federico Cairoli
Ph. Federico Cairoli
Ph. Federico Cairoli
Ph. Federico Cairoli